María Luisa Ríos García Bastarrachea
Espero que desde donde leas esto te encuentres bien. Escribo esta carta ya que tengo cosas muy importantes que contarte sobre la justicia y el castigo en México.
Como sabes, vivimos en un país con estadísticas altas en delincuencia, tenemos a varios actores internacionales observando este desastre humanitario, pero este nivel de violencia no se ha desvanecido a pesar de los cambios de gobiernos ni parece que vaya a parar.
Con lo que te comento es probable que pienses que tenemos muchas razones para castigar a todas las personas que están involucradas en la delincuencia, quienes hicieron que tengamos estos índices tan catastróficos en nuestra desgastada sociedad, aplicándose lo que creemos es la justicia, pero no es así, más bien te quiero platicar sobre cómo el Estado mexicano ha provocado con su manejo socio-jurídico que se impregne esta idea de castigo a las personas menos favorecidas en el país lo que hace que continúe con esta situación de incertidumbre.
Desde nuestra infancia siempre nos dijeron que si nos portábamos mal recibíamos un castigo por lo que hacíamos, que luego del castigo ya habríamos aprendido la lección. Esta idea fue creciendo en nuestra mente durante años: Si me porto bien me va bien, si me porto mal me va mal. Luego cuando conocimos sobre cárceles lo más probable es que pensáramos que todas las personas que están ahí es porque lo merecen, que deben ser castigadas, y que llegado su tiempo, saldrán de la cárcel habiendo aprendido la lección, pero la cosa no es tan sencilla como parece.
Pasando los años, informándome, he visto cómo esta idea que han sembrado en nosotros es punitiva para sostener a un país criminal, ya que sólo ha servido para tener bajo control a unos cuantos, logrando que el resto de la sociedad piense que es mejor a quienes se encuentran en las cárceles para tratarlos como parias, y es que los que estamos afuera excepcionalmente hicimos las cosas bien sin necesidad de aprender la lección.
¿Por qué te digo esto? Porque en este país quienes están en las cárceles son personas puestas ahí por nuestro Estado que se asume Necropolítico, y no, no defiendo al delincuente sino que es el mismo Estado quien provoca adrede que la gente delinca. La cantidad de gente que está dentro de nuestras cárceles son el producto de un sistema indiferente, corrupto y asesino.
El Estado, con sus inacciones, ha desproveído a las personas de sus necesidades básicas, las que les permiten a las personas desarrollarse en la sociedad y sentirse pertenecientes a la misma. México tiene 55 millones de pobres, los cuales en su mayoría adolecen de vivienda digna, comida, agua, salud, educación, por ende, no tienen oportunidades para acceder a buenos trabajos.
Es posible que pienses que esto no es justificación para que la gente robe o mate, estoy de acuerdo pero ¿te imaginas que hubiera sido de las personas encarceladas si el país hubiera garantizado estos derechos a través de darles lo que les corresponde? Tendríamos personas viviendo dignamente, alimentadas, con salud, educadas, trabajando. Si nuestro Estado que se ha dedicado a decidir quienes viven y quienes mueren, quienes están tras las rejas y quienes fuera, se dedicara a trabajar en conocer los contextos de su gente marginada y dejara de encubrir a los que roban con permiso de la ley, no sólo se podrían prevenir los delitos, también se ejercería adecuadamente la justicia.
Es el propio Estado quien decide abandonar a su pueblo para después castigarlo por lo que no le dio, como diría Tomás Moro en su libro La Utopía: “Si dejas que tu pueblo sea mal educado y que sus modales se corrompan desde la infancia, y luego los castigas por aquellos delitos a los que su primera educación los dispuso ¿Qué más se puede concluir, señor, sino que primero haces ladrones y luego los castigas?”
Por si todavía no crees lo que te escribo, revisa los datos que nos otorga el propio gobierno sobre las personas encarceladas, en su mayoría hombres jóvenes de 20 a 30 años, quienes tienen educación básica o estudios mínimos ¿qué pasaría si estos hombres fueran la fuerza de trabajo de nuestro país? Ya que te digo de las mujeres jóvenes, muchas son madres ¿no deberían estar desarrollándose para tener un mejor porvenir ellas y sus hijos? La escuela no es una garantía de generar construcción humana, pero lograr que estas personas se sientan pertenecientes e importantes dentro de su entorno puede cambiar su futuro para bien.
También es importante no olvidar que en este sistema de justicia que tenemos sobran muchos chivos expiatorios, quienes usualmente son torturados para sacarles declaraciones falsas respecto a delitos ajenos, personas que no conocemos que están en la cárcel sin ser ellos culpables, mientras los verdaderos delincuentes siguen fuera gracias a un sistema corrompido para favorecer a unos cuantos.
Finalmente, te invito a reflexionar, a replantearte esta idea sobre el castigo, sobre quiénes están en las cárceles y quiénes siguen fuera impunemente. La cárcel no es la solución a nuestros problemas. Es momento de quitarnos estas ideas de la cabeza que no solucionan nada y pensar en soluciones nuevas que tengan la finalidad de que las personas no caigan en la cárcel por ser olvidadas por el Estado y su sociedad, ya que lo único que se sanciona es la pobreza, el origen étnico y su fragilidad para sobrevivir.
De una mexicana que ya no cree en el castigo a los olvidados de este país.
Referencias:
Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (2011). Aspectos básicos para comprender la reforma constitucional en materia de justicia penal. Servicio Profesional en Derechos Humanos. https://cdhcm.org.mx/serv_prof/pdf/asp_basicos.pdf
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2018). Características de la población privada de la libertad en México. Documentos de análisis y estadísticas JUSTICIA. https://www.mucd.org.mx/wp-content/uploads/2018/10/CaracteristicasDeLaPoblacionPrivadaDeLaLibertadEnMexicoINEGI2018.pdf
Moro, Tomás (1516). La Utopía. https://biblioteca.org.ar/libros/300883.pdf
Mbembe, Achille (2011). Necropolítica seguido de Sobre el Gobierno Privado Indirecto. Editorial Melusina. España. https://aphuuruguay.files.wordpress.com/2014/08/achille-mbembe-necropolc3adtica-seguido-de-sobre-el-gobierno-privado-indirecto.pdf