Karime Athie Ortíz
En un contexto en el cual la educación es clave para el desarrollo económico y social de nuestro país, la educación inclusiva se vuelve aún más importante para lograr igualdad de oportunidades para todas las personas.
Hoy quiero dejar de lado los términos jurídicos para escribir sobre Ana Victoria Espino de Santiago, a quien tuve el honor de conocer hace algunos días durante el Congreso Nacional de la Colectiva 50+1 llevado a cabo en la Ciudad de México.
Desde el primer día que tuve la oportunidad de leer su semblanza me inspiró profundamente; por supuesto me hizo reflexionar sobre aspectos importantes de los sistemas educativos del mundo y específicamente el de nuestro país, pero también sobre el alma perseverante que todas las personas llevamos dentro y pocas veces dejamos salir.
Ana Victoria es originaria del Estado de Zacatecas, tiene 25 años de edad y es una artista con habilidades musicales, en la danza y en la pintura. Toca el clarinete y la flauta y es fundadora del grupo de danza folclórica del instituto Ana Sullivan, y del quinteto de clarinetistas “Luis Humberto Ramos”.
Ha sido invitada al Senado de la República en dos ocasiones, la primera en el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad en 2016 y el 21 de marzo del 2017 en el marco del Día Internacional de las Personas con Síndrome de Down.
Ha recibido diversos reconocimientos por su trayectoria artística por parte de autoridades del Estado de Zacatecas, donde ha presentado sus obras.
En 2018 presentó la exposición “DESDE MI CIELO” en la LXIV LEGISLATURA en el H. Congreso de la Unión; más tarde en 2019 fue merecedora de un reconocimiento por parte del municipio de Guadalupe perteneciente a su Estado natal, donde también presentó su exposición llamada “Mi Pueblo”.
También ha sido invitada por el presidente municipal de Saltillo, Coahuila para participar con una ponencia llamada “Ana Victoria, Una Historia de Éxito”, una ponencia que estoy segura describe perfectamente quien es y cada uno de sus logros.
Recientemente durante el 3er Congreso Nacional de la Colectiva 50+1, Ana Victoria recibió la Presea “Mujer 50+1: Mujeres que Transforman” por parte de Claudia Corichi García, presidenta nacional de esta organización, quien reconoció el talento, capacidad y por supuesto liderazgo de Ana Victoria quien ha marcado un antes y un después en el sistema educativo de México.
Ana Victoria es hoy la primera persona con la condición de Síndrome de Down en graduarse como Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Zacatecas, una mujer que inspira por sus logros y su lucha para abrir espacios educativos y de acuerdo a sus palabras: “hacer la inclusión un estilo de vida y de la integración un sueño alcanzable, dignificando, construyendo, ser un ejemplo de éxito…”.
En este sentido, es imperante establecer un sistema educativo mediante la aplicación de métodos, técnicas y materiales específicos adecuados a cada persona y generar condiciones óptimas para el progreso y formación académica, conforme lo establece la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad.
Que el artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos respecto al derecho que tenemos todas las personas a recibir educación de calidad se transforme en acciones transversales que permitan la inclusión de las personas con discapacidad, solo así podremos avanzar tangiblemente hacia un México incluyente.
Estimada Ana Victoria, desde este espacio que me brinda la Revista Jurídica Paréntesis Legal quiero decirte: “bienvenida colega”; eres una mujer que está transformando y creando nuevos paradigmas inclusivos en el sistema educativo mexicano.
Hoy quiero expresarte mi admiración y reconocimiento que estoy segura es el mismo que tienen muchas personas en el mundo hacia ti y tu familia; eres ejemplo de compromiso, esfuerzo y dedicación, abriste una puerta a la educación en la que ya no hay paso atrás, por el contrario, debe servir para cimentar las bases para el desarrollo de todas las personas sin exclusión alguna; tu lucha va a convertirse en el ejercicio natural de un derecho constitucional para todas y todos.
” Mi límite es el cielo y nunca se acaba”
Ana Victoria Espino