¿Libres para qué? Crítica a la noción sartreana de libertad absoluta | Paréntesis Legal

Manuel Jorge Carreón Perea

 

 

Es bien sabido que con Hegel, la Filosofía y la metafísica llegaron a su punto más alto y además es el último pensador en intentar establecer un sistema que nos permita comprender y conocer el mundo en su totalidad.[1]

Con él se da un intento de mostrar un fundamento en el mundo, ya que a la muerte de Hegel la Filosofía se presentará de modo fragmentaria, anti-sistemática dándose al mismo tiempo una pérdida de fundamentos. La filosofía posterior al autor citado ya no intenta comprender la totalidad, es decir, no pretende realizar una concepción total del mundo, sino que se centrará en ciertos aspectos del mismo y de la vida humana. Esto significa un salto de la universalidad y objetividad, característica de la metafísica tradicional, hacia la subjetividad e interioridad propias del hombre.

Una de estas filosofías posteriores a Hegel recibe el nombre de existencialismo.

Se llama existencialismo a un movimiento intelectual que se desarrolla a partir de 1930 en el que se busca realizar un análisis de la existencia (humana sobre todo), aunque sus supuestos y conclusiones no tuvieran mucho en común[2].

Para los existencialistas, la existencia es entendida como el modo de ser propio de la persona humana en el mundo, por eso el análisis que realizan estos pensadores se basa en las situaciones más comunes en las que el sujeto llega a encontrarse.

Uno de los existencialistas más sobresalientes (si no es que el más importante) fue Jean Paul Sartre, filósofo y literato francés nacido en 1905 cuyas novelas (como La náusea) y obras filosóficas (El ser y la Nada o El existencialismo es un Humanismo) dieron una gran popularidad a este movimiento intelectual. El otro autor que podría asemejarse por el grado de relevancia es Albert Camus.

Para desarrollar su pensamiento filosófico, Sartre emplea la fenomenología (doctrina filosófica que promovió Edmund Husserl) y se basa sobre todo en un autor de esta escuela: Martin Heidegger (autor de Ser y Tiempi). Pero a diferencia de este último, a Sartre no le interesa preguntarse por el ser en general, no le interesa la pregunta que interroga por el sentido del ser; por eso en su obra filosófica más importante El Ser y la Nada muestra que hay dos ámbitos del ser que desea investigar: El ser en sí y el ser para sí.

Sartre entiende el ser en sí como algo que es idéntico consigo mismo, no necesita realizar nada porque está completo y no tiene conciencia de su existencia, no tiene ningún plano ningún orden, porque es increado, innecesario y está de sobra. Más bien dicho, el ser en sí es lo que entendemos como objeto, pero debemos aclarar que no es la “cosa en sí” de Kant, es de un ámbito e índole diferente.

Ahora bien, lo que se opone al ser en sí es el ser para sí, pero ¿por qué? Es muy fácil. El hombre no está en el mundo como la cosa en identidad consigo mismo porque tiene conciencia de su existir y la completa separación con el ser en sí se da cuando éste, el hombre, se interroga, ya que cuando interroga se abre la nada y deja de ser el ser en sí, porque ya se encuentra en el ámbito de la subjetividad y no llega a ser algo idéntico consigo mismo, es por eso que para Sartre “El hombre no es lo que es y es lo que no es”. Tiene conciencia de su existencia.

Por otra parte, si el sujeto como un ser para si tiene conciencia, también posee libertad. Esto significa que el hombre no puede estar simplemente pretendiendo ser un ser en sí porque no le es posible, el individuo tiene que hacerse él mismo y no puede esperar que otro le diga lo que es o que debe hacer.

La persona escoge como desea ser, es por eso que Sartre en El Existencialismo es un Humanismo declara “… existencialismo es una doctrina que hace posible la vida humana y que, por otra parte, declara que toda verdad y toda acción implica un medio y una subjetividad humana”[3], es decir, ya no existe una verdad absoluta y esta depende de lo que considere el sujeto.

Para Sartre el concepto de la Libertad es de vital importancia porque “el hombre no es otra cosa que lo él se hace”[4], es decir, “la existencia precede a la esencia”[5]. Esto se debe a que el hombre antes de existir es nada y posteriormente se define, es decir, no está determinado a ser de cierta manera, tiene que hacerse. Lo expuesto significa que es el responsable de sí mismo y solo él elige lo que quiere. Su existencia depende de él y de las elecciones que realice conforme a una libertad total de actuar ante las diferentes posibilidades que se le presentan.

La libertad es la existencia misma, y de este modo el sujeto actúa libremente eligiendo lo que desea, pero no de manera total, existen límites que no puede rebasar. Un ejemplo es que él no escoge a sus padres, a las personas que lo rodean, el lenguaje que es el que le permite pensar y tener conciencia de su libertad es algo impuesto, existen cosas y situaciones de las que no te puedes librar y que te determinan.

Creo que en cierto sentido Sartre inconscientemente sigue metido en la metafísica tradicional, sobre todo si considera que el individuo tiene cierta inclinación a realizar el bien o que la libertad le guiará por la senda del bien, porque si es así, entonces al declarar que “Todo proyecto es bueno” toda acción humana que sea tomada haciendo uso de la libertad nos llevaría a afirmar que 2 actos opuestos están bien porque los sujetos que los realizan están haciendo uso de su libertad, es decir, no se puede alcanzar verdad alguna de este modo ya que todo sería relativo al hombre que lo realiza.

Para Sartre la libertad es considerada como el valor máximo, sin el cual el sujeto no podría existir, pero aquí se presenta un pequeño problema, porque entonces  la Libertad es necesaria y en cierto modo deja de convertirse en un valor, además está el hecho de que si ésta (la libertad) es el valor máximo, entonces los valores se desprenden de ella y están en relación con ésta, pero esto resulta un poco extraño, porque entonces los demás valores son relativos y dependen de la persona, entonces son valores particulares y no universales, en el que no existe uno que supere a otro, es decir, no habría forma de clasificar a los otros valores.

Otra situación que encuentro problemática con Sartre, es que pretende que todos los hombres entiendan lo que él vive o piensa, es decir, habla de la libertad desde un hombre europeo, tiene un concepto de libertad muy diferente al de otros seres humanos y en cierto sentido llegaría a relegar a todo aquel sujeto que crea en Dios y que esté haciendo uso de su libertad para creer, por lo que no está mal que dicho hombre crea, pero para Sartre resultaría poco factible que llevara a cabo el uso de su libertad siendo que ya la está empleando.

Al estar en un mundo que no elegiste y en una sociedad determinada, no puedes elegir muchas cosas que también dependen del momento, te encuentras imposibilitado a ejercer plenamente tu libertad, porque estas en el mundo y en el existen situaciones determinadas de las que no te puedes librar, aunque lo desees.

Para concluir este escrito y a modo de resumen, la libertad para Sartre es una elección: la que cada hombre hace de sí mismo y del mundo, pero esta elección no elige nada porque o tiene nada que elegir y al no estar limitada por condiciones determinadas (o al menos reales) se convierte en una elección (y por lo tanto, libertad) solo de nombre y aplicable solo a su autor; es decir, es una autocausalidad[6] extrema.

Además, existe un problema de verdad y libertad, ya que aunque es bellísima la doctrina de Sartre, solo es buena para él, porque él define lo que debe ser la libertad y todos los demás deben estar sujetos a lo que él dice o entiende por libertad. Se torna, entonces, en una noción de libertad subjetiva y no objetiva. Esta última es la que actualmente discurre, por ejemplo, en el discurso de los derechos humanos.

[1] Para mayor referencia, véase: Pannenberg, Wolfhart, Una historia de la filosofía desde la idea de Dios, Sígueme, 2002.

[2] Me parece arriesgado definir al existencialismo como una doctrina filosófica tal y como lo plantea Sartre en “El Existencialismo es un Humanismo”, por lo que prefiero llamarlo movimiento intelectual.

[3] Sartre, Jean Paul, El Existencialismo es un humanismo, p. 23. Disponible en: https://apuntesfilosoficos.cl/textos/Sartre%20-%20El%20existencialismo%20es%20un%20humanismo.pdf

[4] Ibid., p. 31.

[5] Ibid., p. 27.

[6] Autocausalidad es una ausencia de condiciones y de límites. El primero en postular una idea de este modo es Aristóteles.