El camino hacia la ciudadanía digital. Primera Parte | Paréntesis Legal

Carla Elena Solís Echegoyen

 

Cuando como ciudadanos y ciudadanas, acudimos a solicitar nuestra credencial para votar, no necesariamente tenemos en mente las siguientes elecciones; sino más bien la serie de derechos y obligaciones que nuestra credencial nos permite acreditar con la mayoría de edad.

Sabemos que, por excelencia, es el instrumento que nos brinda identidad y así ha sido definido y defendido incluso a nivel jurisdiccional. Hoy en día, incluso las personas en situación de calle o que no tengan un domicilio como consecuencia del desplazamiento interno forzado, pueden acudir al tribunal electoral para solicitar, cuando se les niega la expedición de este documento, y obtener su identificación.

El pasado cuatro de agosto, el Instituto Nacional Electoral emitió un acuerdo que tiene como objetivo principal fusionar dos derechos: el derecho a la identidad[1], que ya hemos apuntado y el derecho de acceso a las tecnologías de la información y comunicación[2]. Así se señala en el ACUERDO DEL CONSEJO GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL POR EL QUE SE APRUEBA LA “ESTRATEGIA DE TRANSFORMACIÓN DIGITAL DEL REGISTRO FEDERAL DE ELECTORES[3].

Dentro de los proyectos que forman parte de la Estrategia de Transformación Digital del Registro Federal de Electores (ETD) los que más llaman la atención son la credencial digital y el sistema de registro para voto anticipado.

La credencial digital será un complemento a nuestra credencial para votar que funcionará como una aplicación para que la ciudadanía tenga un mayor control sobre sus datos personales y cómo los va a compartir, además podrá en un futuro servir como identificación para emitir el voto.

Como un segundo aspecto que llama nuestra atención, está el registro para voto anticipado. Se está planteando como una aplicación móvil mediante la cual se podrá emitir el voto principalmente en el caso de personas extranjeras, voto en prisión preventiva y por imposibilidad de acudir a la casilla, en este último punto entran las personas cuidadoras o las personas con una discapacidad. Actualmente se tienen estas facilidades, pero ocurren por servicio postal.

Vale la pena señalar que desde 2016 se estaba planteando este proyecto de digitalización y ya se había advertido como “amenaza[4]”:

La expedición de un mecanismo de identidad ciudadana por los órganos de gobierno facultados para ello, de forma alterna a la Credencial para Votar constituye un factor que podría devenir en menores niveles de actualización de los trámites registrales necesarios para la expedición del instrumento de identidad electoral. Por ello es preciso, consolidar los esfuerzos institucionales que refrenden el papel de la Credencial para Votar como el medio preferente de identidad de los mexicanos.

Esto, a propósito del anuncio de la “CURP biométrica”[5] como un nuevo documento de identificación que suplirá a la credencial para votar en esta finalidad. Como vemos, efectivamente, la suplencia de este documento posiblemente afecte la credencialización para votar y por ende la participación ciudadana.

Otro paso que pretende dar el Instituto Nacional Electoral en la transformación digital incluye diversas propuestas que serán estudiadas dentro de su viabilidad; pero dentro de las cuales hay temas de la mayor trascendencia como los siguientes:

Un sistema integral para el voto de mexicanos y mexicanas en el extranjero a través de aplicación móvil. Se pretende desarrollar una aplicación que permita que todo el trámite de credencialización, registro, emisión de voto e incluso consulta de resultados se pueda realizar mediante una aplicación para las personas mexicanas en el extranjero.

Un diverso proyecto es la gestión de identidades digitales y colaboración interinstitucional, con este simple planteamiento, el Instituto Nacional Electoral, se pondría a la vanguardia en temas de simplificación de documentación, se pretende que la identidad de las personas ciudadanas tenga acceso a documentos digitales oficiales que podrán ser habilitados conforme los requerimientos del propio ciudadano o ciudadana y que además se encuentren avalados por la institución correspondiente.

En este sentido, se tendrá que valorar si es un objetivo similar al de la mencionada “CURP biométrica”, lo que nos lleva a preguntarnos, si no es que en realidad esta digitalización debería enfocarse aún más en la posibilidad de generar un sistema que haga realidad el voto electrónico.

Este último aspecto apenas y se menciona dentro del documento, lo que nos deja a pensar que se sigue contemplando como una alternativa con más retos o contras que posibles beneficios. Sin embargo; con el inminente cumplimiento de la amenaza que ya se había anticipado que significaría la emisión de un documento identitario que supliera la credencial para votar, nos parece que los esfuerzos en realidad están mal encaminados.

El reto hoy, debería ser el blindaje de la emisión de un voto electrónico ya sea en urnas electrónicas o en aplicaciones como se propone en el voto anticipado y la concientización de la población acerca del valor del voto.

[1] Artículo 4, párrafo octavo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

[2] Artículo 6, párrafo tercero de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

[3] https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/handle/123456789/184257

[4] Conforme al FODA   Análisis de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas, que se puede observar en INE/CG870/2016ACUERDO DEL CONSEJO GENERAL DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL POR EL QUE SE APRUEBA EL PLAN ESTRATÉGICO DEL INSTITUTO NACIONAL ELECTORAL 2016-2026 A PROPUESTA DE LA JUNTA GENERAL EJECUTIVA, https://repositoriodocumental.ine.mx/xmlui/handle/123456789/93989

[5] CURP biométrica: Cómo tramitarla y cuándo será obligatoria https://www.excelsior.com.mx/nacional/curp-biometrico-como-tramitarlo-y-cuando-sera-obligatorio/1680174