Karla Elizabeth González Ramírez
Resumen
Este artículo analiza la situación de los niños y niñas inmigrantes en Estados Unidos, después de las políticas migratorias del Presidente Donald Trump, “Tolerancia Cero”; enfocándose en sus derechos fundamentales, los desafíos que enfrentan y las políticas existentes para protegerlos. Se revisan aspectos legales, sociales y humanitarios, resaltando la importancia de garantizar su bienestar y protección en un contexto de inmigración que están viviendo en la actualidad en Estados Unidos.
Introducción
La inmigración infantil en Estados Unidos ha sido un tema de creciente interés y preocupación social y política. Los niños y niñas inmigrantes, muchas veces provenientes de países vulnerables, enfrentan múltiples desafíos que amenazan sus derechos básicos. La protección de estos derechos es fundamental para asegurar su desarrollo integral y su integración en la sociedad.
Las políticas migratorias del presidente Donald Trump han generado preocupación significativa por la violación a los derechos humanos de niñas y niños inmigrantes. En específico la separación de las familias por violación de derechos fundamentales que ha traído consigo. Estas acciones afectan principalmente a los menores, quienes enfrentan por su edad, una situación de vulnerabilidad, incertidumbre y evidentemente traumas a su salud emocional.
Marco legal y derechos internacionales
Estados Unidos es signatario de la Convención sobre los Derechos del Niño, que establece que todos los niños tienen derechos a la protección, educación, salud y bienestar. Sin embargo, la implementación de estas leyes en el contexto migratorio presenta desafíos específicos. La Ley de Protección de Inmigrantes Menores (TVPRA) y otras regulaciones buscan salvaguardar los derechos de los niños inmigrantes, pero en la práctica, existen brechas y dificultades en su aplicación.
La convención de los Derechos de los Niños, misma que fue ratificada por Estados Unidos, establece en su artículo 1 que todos los niños tienen derechos fundamentales, independientemente de su estatus migratorio, lo que incluye el derecho a la no discriminación por motivos de raza, nacionalidad, estatus migratorio, entre otros. Que toda autoridad debe aplicar políticas migratorias considerando el interés superior del niño, a fin de que cualquier decisión que afecte a un niño, debe considerar su bienestar y desarrollo integral. Todos los niños tienen derecho a permanecer con sus familias, salvo circunstancias extraordinarias.
Las políticas públicas del presidente Donald Trump, ha traído un cambio diametral, pues lo que para anteriores gobiernos se consideraba una infracción administrativa, hoy el cruce ilegal de la frontera es considerado un delito. Lo que ha resultado en la separación de las familias, afectando así la salud mental y emocional de los infantes. En algunos casos la deportación puede complicar procesos de custodia, siendo evidentemente la inestabilidad económica que causa la deportación por la pérdida de ingresos, afectado el hogar de las familias.
Los hijos e hijas de las madres deportadas tienen derecho a permanecer en el país, cuidando de sus hijos e hijas, sin importar su estatus migratorio, tienen derecho a los servicios de salud, educación, asistencia social.
Situación actual de los niños inmigrantes en EE. UU
Muchos niños inmigrantes llegan solos o acompañados, enfrentando riesgos como la separación familiar, la detención y la exposición a condiciones precarias. La política de “Tolerancia Cero” y las detenciones en centros migratorios han sido criticadas por organizaciones internacionales y defensores de derechos humanos. Además, la falta de acceso a servicios adecuados de salud, educación y protección legal agrava su vulnerabilidad.
El pasado 19 de abril y 31 de mayo del presente año, casi 2.000 menores fueron separados de sus familias, las medidas del presidente Donald Trump implican que los niños y niñas de los padres inmigrantes sean considerados “no acompañados”, entonces los infantes pasan a la custodia del departamento de salud y servicio social de Estados Unidos, y luego son enviados a la casa de un familiar, hogar de acogida y refugios.
Aun cuando estas medidas se han implementadas, el deseo por cruzar la frontera y alcanzar el sueño americano no ha desistido, según lo señalado por el noticiero BBC ha aumentado hasta en un 160% en el mes de mayo. Aun cuando existen programas humanitarios que buscan ayudar a los inmigrantes, despachos o corporativos, las políticas de “Tolerancia Cero” ha frenado muchos de los avances históricos alcanzados en Estados Unidos, para el respeto de los derechos humanos de los inmigrantes y el tramite de la regulación migratoria.
A esto se le debe sumar, las detenciones prolongadas de los padres inmigrantes, las condiciones inadecuadas de los centros de migración, lo cual evidentemente contraviene las obligaciones internacionales que tiene Estados Unidos con la protección contra la tortura, el trato humano y los derechos de los niños; cierto es que Estados Unidos no ha firmado algunos de los tratados internacionales, sin embargo sus políticas migratorias constituyen violaciones a los derechos humanos y a los compromisos internacionales de los derechos de los inmigrantes.
Desafíos y obstáculos
- Separación familiar: La política de separación en la frontera ha generado un impacto emocional y psicológico profundo en los niños y niñas.
- Detención y condiciones de alojamiento: Las condiciones en centros de detención a menudo no cumplen con los estándares internacionales de derechos humanos.
- Acceso a servicios: Barreras lingüísticas, económicas y legales dificultan que los niños inmigrantes accedan a atención médica, educación y asesoría legal.
- Integración social: La adaptación cultural y social requiere apoyo y políticas inclusivas que trabajen en una acción en cadena, que permitan acompañamiento de los infantes y la no vulneración de sus derechos fundamentales
Iniciativas y políticas para la protección:
El gobierno y diversas organizaciones han implementado programas para mejorar la protección de los niños y niñas inmigrantes, la creación de centros de atención especializados, programas de asesoría legal y campañas de sensibilización. Sin embargo, la efectividad de estas acciones varía y requiere mayor compromiso y recursos.
Es necesario la negociación activa de nuestro país con el país fronterizo a fin de generar órganos que permitan reducir el impacto en la salud emocional que puede traer consigo la deportación de los hijos sin sus madres. Así como permitir la representación legal y la asesoría adecuada para enfrentar la defensa de sus derechos con un leguaje propicio que entiendan los actos jurídicos y las decisiones que tomen de ellos, es decir, una defensa adecuada apegada a derechos humanos.
Conclusión
El análisis jurídico de los derechos de los hijos e hijas de mujeres deportadas por Estados Unidos revela la necesidad de un enfoque más humano y comprensivo en las políticas de inmigración, respetando los tratados internacionales que incluso ha firmado Estados Unidos. Es fundamental garantizar que se respeten los derechos de los niños y niñas, y se proteja su bienestar, reconociendo que su desarrollo y estabilidad dependen en gran medida de la unidad familiar y el acceso a recursos adecuados. Garantizar los derechos de los niños y niñas inmigrantes en Estados Unidos es una responsabilidad que requiere acciones coordinadas, políticas inclusivas y un compromiso real con su bienestar. Es fundamental fortalecer las leyes existentes, mejorar las condiciones en los centros de detención y promover la integración social para asegurar que estos niños puedan desarrollar su potencial en un entorno seguro y respetuoso.
México necesita agotar e impulsar el dialogo para la adopción de políticas de protección a las familias que son separadas de sus hijos y aumentar la representación legal y los programas de apoyo para los inmigrantes en Estados Unidos.