Lic. Karla Elizabeth González Ramírez.
Los mecanismos para una adecuada construcción de paz en el ámbito comunitario, es una asignación pendiente para erradicar en estos grupos vulnerables la desigualdad, las grandes dificultades que representa acceder a la justicia por múltiples factores, el respeto a sus derechos humanos y a la diversidad cultural. Una tarea, que gobierno e instituciones deben incluir en sus ejes de trabajo a fin de construir la tan anhelada cohesión social. Pese a la importancia de esta tarea, la Justicia Comunitaria no fue contemplada en la Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, siendo este un acto, que ya fue recurrido en amparo por una Asociación Civil.
Muchas veces se percibe a los grupos indígenas como un grupo diferente al resto de la población, sin embargo, la historia nos demuestra que han sido en estos grupos donde han nacido los procesos de resolución del conflictivo mediante círculos de participación ciudadana activa y de acciones que privilegian la no violencia. Ciertamente dentro de estos grupos existen marcos referenciales, que han normalizado las violencias culturales, es precisamente que se debe capacitar a personas para que estas a su vez empleen mesas y talleres de proceso de diálogo no violento que sensibilicen a los integrantes de las comunidades, se promueva el aprendizaje y adopción de nuevos valores.
También es cierto que en muchos de estos grupos se ha normalizado las violencias. Es importante poco a poco ir trabajando en la deconstrucción, en favor de comunidades libres de violencias, que transcienda el camino del cambio no por medio de la represión, sino porque han comprendido la importancia del cambio y entienden el valor de la dignidad de las personas.
Los procesos de resolución de conflicto en las comunidades favorecen a que sus integrantes se apropien de sus conflictos y de las respuestas que se asumen ante ellos, por ende, es una herramienta que alimenta el empoderamiento, sensibiliza hacia un bien común y no solo el individual. El objetivo es transformar las respuestas confrontativas y violentas ante una problemática, conlleve procesos de cambio individual y colectivo.
La resolución de conflictos mediante procesos que privilegien el diálogo, ya sea practicas restaurativas o mesas de diálogo, es una contribución a la consolidación de la pluralidad, seguridad social y procesos de democracia, donde el respeto y el aprendizaje son piezas clave. Freire señala “No hay saber más o menos: hay saberes diferentes”. En estos procesos se llenan de valores, tradiciones y costumbres que nos resignifican el valor de la comunidad y respecto por la naturaleza.
Es tan importante ver un cambio de concepción respecto al castigo, donde las personas entiendan que la respuesta ante el delito no es una, sino que puede incluso una sentencia ser parte de un “circulo restaurativo” en una comunidad, en la cual se atienda el daño, se responsabilice al infractor y se devuelve la paz y la seguridad a la comunidad. Porque las necesidades del ser humano no pueden ser solamente de pago, sino se deben atender a los intereses y las necesidades de todos los involucrados. El fortalecimiento de facilitadores en el ámbito comunitario, poco a poco irá abriendo la brecha para poder ejercer la identidad de grupo ante un hecho que consideren lacerante, a privilegiar estas formas de resolución pacificas para la totalidad del asunto o como parte de la solución.
De igual forma, es importante tener una especial atención a los jóvenes, quienes muchas veces dentro de la comunidad tienen un papel laboral a temprana edad, ya sea en el campo, o como miembros de la policía comunitaria. Dando una aparente óptica de la infancia que viven, lo cual debe ser una razón más, para resaltar que estos jóvenes ocupan un lugar destacado, como víctimas y victimarios tradicionales, de conflictos y violencias.
Las prácticas restaurativas construyen un panorama nuevo de visión a su futuro y su forma de normalizar las violencias. Abriendo brechas para la construcción de paz en las comunidades y la promoción de nuevos valores. La participación de Instituciones Gubernamentales, sociedad civil, centros educativos y académicos es necesaria para que se construya un cambio sólido a contrarrestar las formas de violencias. No me refiero a una emancipación o nulidad de autonomía, muchas veces la subordinación es mal entendida. El cambio de sociedades no violentas se da desde la responsabilidad en la toma de acciones y el significado de vivir en sociedad.
Las prácticas de los procesos de justicia restaurativa en el ámbito comunitario están comprometidas en la búsqueda de soluciones pacíficas, sociedades inclusivas, conviviendo en la diversidad humana y respetuosas de las identidades y la diversidad cultural.