Democracia como estilo de vida | Paréntesis Legal

Dr. Ángel Durán Pérez

 

En México, la democracia como estilo de vida está consagrada en el artículo tercero de la Constitución, el cual establece que la educación debe promover los valores democráticos, fomentando la formación ciudadana y el respeto a los derechos humanos. Pero, ¿qué significa realmente vivir la democracia como estilo de vida?

 

La constitución mexicana establece que la democracia como estilo de vida es fundamental para el progreso y desarrollo de todas las personas. Todo aquello que tenga que ver con el mejoramiento económico, social y cultural debe ser fomentado por el Estado Mexicano. Sin embargo, estas disposiciones constitucionales implican un deber para toda persona. No solo es responsabilidad del Estado garantizar estas funciones, sino que también es necesario que el conocimiento pleno, el ejercicio y la defensa de las acciones individuales y colectivas de toda persona sean fuentes de poder para lograr un resultado. Solo así se ayudará al poder público a establecer las condiciones óptimas para vivir en democracia como un estilo de vida.

 

La democracia no debe entenderse exclusivamente como un sistema jurídico de gobierno, sino que se relaciona con un conjunto de valores que debe tener un pueblo para construirla. Para lograr esto, se requiere la acción asertiva, permanente y trabajada en sinergia con todas las personas. Es necesario practicar estos valores de manera conjunta, con el objetivo de mejorar las condiciones sociales, trabajar para el progreso de la humanidad y conseguir la dignidad humana tanto a nivel individual como colectivo.

 

Esto implica la participación activa de todas las familias y las organizaciones civiles, empezando desde lo más básico de la sociedad y concluyendo en cada una de las acciones de los miembros de la sociedad para llevarlas a cabo de manera colectiva y en sinergia. El objetivo es lograr un resultado integral que defienda los derechos humanos y se asegure de que sean respetados en todas las personas.

 

Desde el enfoque del artículo tercero de la Constitución Mexicana, la democracia como estilo de vida se manifiesta a través de la educación. La educación se ha considerado como el vehículo más importante para fomentar en cada persona cómo debemos actuar y vivir en democracia de manera permanente. Tanto la enseñanza en el hogar como en las aulas universitarias son los mejores lugares para aprender cómo vivir en democracia.

 

El debate de las ideas educativas es el mecanismo más adecuado para fomentar el pensamiento crítico, el cual es el método más adecuado para cuestionar las decisiones de gobierno. Es importante estar constantemente vigilando lo que puede estar bien o mal en el poder público, opinar para corregir y exigir que tanto la educación privada como la pública desarrollen las mejores capacidades del ser humano. Nadie debería quedar sin estudiar y el mejoramiento de las condiciones sociales debe ser producto del avance educativo. La ciencia, la tecnología y la inteligencia artificial deben servir para el desarrollo de la humanidad, y la justicia, la igualdad y la fraternidad deben ser los componentes más importantes que surjan del debate de las ideas en las escuelas. Todos los miembros del sistema educativo deben propiciar el debate de las ideas entre los estudiantes, los profesores y los programas de estudio, ya que la democracia como estilo de vida tiene un lugar importante que garantizarse a través de la educación.

 

La educación en el hogar debe ser el resultado del desarrollo adquirido en la educación. El Estado debe garantizarlo, pero cada miembro de las familias necesita adquirir los conocimientos educativos suficientes para trabajar a favor de sus familias, de las personas, de la colectividad y de todas las personas del país y del mundo. Todo aquello que beneficie para garantizar su dignidad humana debe ser promovido a través de la educación. La educación terminará siendo el mejor vehículo para consolidar una democracia plena que tenga como objetivo final la protección de la dignidad humana.

 

Vivir la democracia como estilo de vida implica también una actitud de apertura y tolerancia hacia la diversidad. En una sociedad democrática, se reconoce y valora la pluralidad de ideas, culturas, religiones y formas de vida. Se busca construir una convivencia pacífica y respetuosa, donde se promueva la igualdad de oportunidades y se combata cualquier forma de discriminación o exclusión.

 

Valores y principios de la democracia como un estilo de vida

 

La democracia como estilo de vida debe abordarse con la práctica cotidiana de valores y principios a fin de lograr buenos resultados y construirla sobre cimientos fuertes.

 

Entre los valores más importantes de la democracia como estilo de vida se encuentran:

 

  1. Libertad: La democracia promueve la libertad individual y colectiva, garantizando el respeto a los derechos y libertades fundamentales de todas las personas.

 

Es fundamental ser conscientes de que en nuestros actos debemos ser respetuosos de la libertad de cualquier ser humano. Debemos defender la división de poderes, las instituciones públicas y la libertad para exigir que estas cumplan con sus funciones constitucionales y respeten los derechos humanos. Asimismo, es importante defender la educación progresista y proteger las libertades que dignifican a la dignidad humana.

 

  1. Igualdad: La igualdad es un valor fundamental que la democracia utiliza para garantizar condiciones equitativas entre las personas, sin importar su origen étnico, género, religión u orientación sexual.

 

  1. Debemos proteger este valor tanto a nivel individual como colectivo, asegurando igualdad de oportunidades para ocupar cargos públicos, profesar religión, decidir el futuro de nuestras familias, opinar sin temor a amenazas por parte del Estado, participar en la administración y distribución justa de la riqueza del país, y colaborar en igualdad de circunstancias en la defensa de la justicia.

 

  1. Participación ciudadana: La participación ciudadana es un valor que implica el deber de las personas y la colectividad de no ser apáticos en los asuntos del ejercicio del poder público.

 

Debemos responder al llamado de las autoridades y mostrar interés en colaborar en todos los temas de interés público que afecten el progreso y la protección de los derechos humanos de la colectividad.

 

Esto incluye participar en la integración de organizaciones políticas, como los partidos políticos, así como en los procesos electorales. También implica fomentar el derecho y el respeto a la asociación y participación política de manera efectiva para garantizar los derechos políticos de la ciudadanía.

 

La democracia participativa es fundamental para una toma de decisiones adecuada por parte de la ciudadanía, lo cual conlleva la obligación de involucrarse en el debate público y contribuir para el bien de la humanidad.

 

  1. Pluralismo: El pluralismo es un valor fundamental para la democracia que debemos trabajar como estilo de vida. La diversidad de opiniones, creencias, usos y costumbres, así como el carácter pluricultural en la construcción de las naciones, deben ser protegidos y tomados en cuenta.

 

Debemos promover el respeto, la tolerancia y el apoyo a todas las formas de pensamiento, buscando el logro de consensos a través del diálogo.

 

  1. Justicia: La justicia es un valor democrático que debemos practicar en nuestra vida diaria. Todos los actos, tanto privados como públicos, deben estar imbuidos de valores éticos, honestidad y verdad, sin causar daño a ninguna persona. Debemos otorgar a cada quien lo que le corresponde.

 

  1. Transparencia y rendición de cuentas: La democracia requiere que los gobernantes y las instituciones sean transparentes en sus acciones y decisiones. Todas las personas, especialmente los servidores públicos, deben rendir cuentas. También es importante ser transparentes en la familia y entre amistades, especialmente cuando las acciones que emprendemos trascienden al interés general. Debemos enseñar desde la familia a transparentar los ingresos, gastos y distribución de recursos, fomentando este valor en todos sus miembros. Además, si se trabaja en la función pública, es fundamental transparentar todos los actos, ya que estos tienen impacto en el interés social.

 

  1. Tolerancia y respeto: La tolerancia y el respeto son valores fundamentales para la democracia como estilo de vida. Todos debemos ser tolerantes con las opiniones de los demás y respetar las decisiones y acciones de las personas en su vida privada y pública.

 

Es importante ampliar el umbral de tolerancia y garantía, sobre todo cuando las opiniones difieren de las nuestras.

 

Estos valores deben ser aplicados tanto en lo individual como en lo colectivo para construir y fortalecer la democracia en nuestra sociedad.

 

La Suprema Corte ha establecido que, en todo análisis normativo sobre todo al estudiar la constitucionalidad de leyes electorales, se deben aplicar los principios y valores democráticos, contenidos en los artículos 41 y 116 fracción IV de la carta magna federal.