El acecho en México: entre la reforma penal y la prevención | Paréntesis Legal

Karime Athie Ortiz

 

 

A lo largo del tiempo, el acecho ha constituido una forma de violencia invisibilizada en nuestro país, tanto que hasta hace poco no se encontraba tipificado como delito.

A partir del hostigamiento permanente, Valeria Macías decidió impulsar una Iniciativa para que sea reconocida esta conducta como un delito y terminar con los vacíos legales que impedían que existiera una carpeta de investigación sólida y que fuera sancionado.

En un contexto en el cual aproximadamente el 70% de las mujeres en México hemos sufrido violencia al menos una vez en la vida, la “Ley Valeria” representa un avance significativo en la protección y justicia para todas las mujeres.

Sin la existencia de una figura penal, las víctimas quedan expuestas en la imposibilidad de una denuncia adecuada y con la eminente impunidad para los agresores.

La Iniciativa busca tipificar y sancionar el delito de acecho a quien, sin el consentimiento de la víctima, ya sea por medio de un tercero, observe, vigile, acose, amenace, aterrorice, intimide o mantenga comunicación insistente con otra persona, ya sea de forma presencial o mediante cualquier dispositivo, plataformas tecnológicas y digitales. La pena es de tres meses a dos años de prisión. Si el acecho ocurre en menores de edad, la pena es de 4 a 5 años.

El acecho incluye el monitoreo en redes sociales, rastrear la ubicación de la víctima, y el hostigamiento mediante aplicaciones digitales.

Este conjunto de conductas de vigilancia, seguimiento o contacto afectan la tranquilidad, seguridad, libertad e integridad emocional de la víctima, por lo que su tipificación es vital para establecer sanciones y tener las herramientas jurídicas que permitan medidas de protección inmediatas, evitando que se cometa un delito mayor.

Es importante señalar que, en muchos casos, previo a la comisión de delitos como abuso sexual, violación, lesiones, y feminicidio; existe un periodo de seguimiento o intimidación hacia la víctima, por lo que el reconocimiento del acecho como delito es una herramienta jurídica de gran valor para la prevención de otras violencias.

Con la tipificación del acecho se establecen penas, se fijan criterios probatorios y se evita la discrecionalidad y la revictimización durante el proceso.

Algunas entidades federativas que han aprobado esta Iniciativa son: Nuevo León, Estado de México, Colima, Oaxaca, Coahuila, Guanajuato y Tamaulipas.

A nivel federal, el 8 de octubre del presente año, la Cámara de Diputados, a través de la Comisión de Justicia aprobó incorporar el acecho como delito en el Código Penal Federal.

La aprobación de la “Ley Valeria” en todo el país es imperante y de gran trascendencia para la seguridad de las mujeres, por lo que los congresos locales tendrán que asumir la responsabilidad de legislar al respecto en los siguientes periodos de sesiones 2026.

El siguiente año será elemental para la aprobación de esta Ley en todo el país.  Posteriormente se deberán homologar los códigos penales y modificar las leyes secundarias. También se deberán elaborar los protocolos correspondientes, llevar a cabo la capacitación permanente de policías, ministerios públicos y autoridades jurisdiccionales, así como campañas de visibilización y difusión.

La actuación oportuna de las autoridades es crucial para la aplicación de medidas de protección inmediatas que pueden salvar la vida de la de muchas mujeres.

Las entidades federativas deberán afrontar los retos para disminuir la impunidad de este delito y garantizar la justicia efectiva para la víctima, así como fortalecer la confianza institucional a través de la atención especializada.

La creación de este marco legal integral para la persecución de este delito es un gran paso, ya que por muchos años quedo en total impunidad. Es una gran oportunidad para la construcción de pilares firmes de prevención y justicia.

Mi reconocimiento Valeria Macías por este camino para el reconocimiento legal de un delito que por mucho tiempo nadie quiso ver ni escuchar, estoy cierta que todo el esfuerzo se convertirá en el derecho a vivir libres y sin miedo.