Jueces del pueblo, justicia del futuro | Paréntesis Legal

Ángel Durán Pérez

 

El sistema judicial en Colima espera soluciones reales.

La reforma constitucional que establece la elección de jueces por voto popular, ha abierto un debate que no puede ser ignorado. Por un lado, se plantea como una forma de democratizar la justicia y devolverle la confianza a la sociedad. Por otro, surgen dudas sobre si los jueces serán electos por su capacidad o por su habilidad para hacer campaña. Pero lo cierto es, que la modernización de la judicatura no puede reducirse solo a la forma en que se eligen los jueces. Se necesita un cambio estructural, que abarque desde la forma en que operan los tribunales, hasta el uso de la tecnología como herramienta para mejorar la eficiencia.

La clave para que esta reforma no se quede en un simple cambio de método electoral, es consolidar un sistema de justicia fortalecido en su totalidad. No basta con que los ciudadanos elijan a los jueces si el sistema judicial sigue operando con los mismos vicios y deficiencias de siempre. La verdadera modernización debe estar enfocada en dos frentes: una estructura judicial eficiente e interconectada y una coordinación real entre todos los operadores del sistema de justicia.

En primer lugar, el Poder Judicial debe dejar atrás el rezago tecnológico. No tiene sentido hablar de jueces electos por el pueblo si siguen dictando sentencias en expedientes físicos que tardan meses en moverse de un escritorio a otro. La digitalización de los expedientes, la implementación de audiencias virtuales y la interoperabilidad entre juzgados, fiscalías y defensorías públicas, deben ser una prioridad. Un sistema de justicia sin tecnología, es un sistema lento y opaco, y eso es precisamente lo que se debe acabar.

Pero la modernización no solo pasa por lo tecnológico. La consolidación de esta reforma judicial exige un compromiso serio de todos los operadores judiciales: jueces, magistrados, fiscales, defensores públicos, policías y abogados litigantes.

La elección popular de jueces será insuficiente si el resto del sistema sigue operando de manera desarticulada. ¿De qué sirve elegir a los jueces por votación directa, si los ministerios públicos siguen con malas prácticas, si los defensores públicos carecen de recursos o si los tribunales están rebasados por la falta de personal, tecnología y capacitación? La clave está en la sinergia. Un sistema de justicia moderno, no solo es aquel que usa la tecnología, sino el que trabaja de manera coordinada.

Se requiere que las instituciones judiciales hablen el mismo idioma y operen bajo un mismo objetivo: garantizar justicia eficiente y accesible. Esto implica que las fiscalías sean más ágiles en la integración de carpetas de investigación, que los tribunales resuelvan con mayor rapidez y que la defensoría pública tenga los recursos suficientes para brindar una defensa de calidad a quienes no pueden pagar un abogado.

La capacitación es otro de los pilares que no puede quedar fuera de la ecuación. Si queremos jueces electos por el pueblo, debemos asegurarnos de que sean los más preparados. La Escuela Federal de Formación Judicial, debe jugar un papel fundamental en la actualización constante de los jueces y operadores judiciales, enfocándose en temas clave como el debido proceso, derechos humanos, litigación oral y el uso de herramientas digitales en la impartición de justicia.

Un juez del siglo XXI no puede seguir operando con criterios del siglo pasado. La independencia judicial, es otro aspecto que debe garantizarse en este nuevo modelo. Elegir jueces por voto popular no debe significar que éstos dependan de grupos que influyan sobre ellos. Para ello, es fundamental establecer filtros previos a la elección, que garanticen que los candidatos sean personas con trayectoria, conocimientos y ética. Además, la vigilancia ciudadana debe estar presente en la evaluación constante de su desempeño.

Por último, es crucial que esta reforma no se convierta en una solución aislada. Debe ir acompañada de un fortalecimiento real del Poder Judicial en términos de recursos, estructura y autonomía. Si bien la elección de jueces es un avance en términos de participación ciudadana, no será suficiente si el sistema sigue operando con deficiencias estructurales. Se requiere una visión integral que abarque desde la selección de jueces hasta la eficiencia en la resolución de los casos. La modernización de la justicia en Colima no puede ser solo un cambio de método de elección, sino una transformación profunda del sistema judicial. La tecnología debe ser un aliado en este proceso, pero la clave está en la coordinación de todos los actores del sistema.

Jueces, fiscales, defensores, litigantes y sociedad deben trabajar en conjunto para hacer de la justicia una institución eficiente, transparente y confiable.

La reforma ya está en marcha. Ahora el reto es consolidarla y convertirla en un verdadero motor de cambio para la justicia en Colima.

La elección de jueces es solo el comienzo. Lo que hagamos después será lo que realmente determine si esta transformación es un éxito, si no es así, tendremos que reorganizar de nueva, entra al sistema hasta encontrar una solución definitiva sustentable.

abogadoangel84@gmail.com