La violencia sexual como un chiste | Paréntesis Legal
Carla Elena Solís Echegoyen y Manuel Jorge Carreón Perea

 

A menos de un mes de que la presidenta electa Claudia Sheinbaum anunciara que el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), pasaría a convertirse en la Secretaría de la Mujer, reforzando el sistema de protección hacia las mujeres que ha sido un continuo pendiente para el Estado Mexicano,  se hizo presente el machismo en un hecho mediático: en redes circuló un video en el que un diputado local emitió diversas frases, más que lamentables, ilustrativas de la violencia y odio contra las mujeres que se encuentra en el constructo social de la población mexicana. Transcribimos los dichos del representante popular:

“…si no le hace el lonche (la mujer al marido), se puede decir que es una microsituación de violencia. Si no comparte una noche con él, es decir, que le duele la cabeza y que no quiere tener una relación sexual con él, también es una microviolencia, porque no está cediendo a estar con su pareja …”[1]

Días después, para seguir dejándonos en claro, como muchas otras autoridades cuyos cargos son ocupados por hombres que se revisten de una supuesta empatía y velo de sensibilidad en temas de género (incluso ocupando cargos que tienen como función el combate a este tipo de violencia), emitió una disculpa dejándonos claro que no entiende, que no entiende:

“Es importante señalar que, de ninguna forma estoy en contra de las mujeres; mis respetos para todas ellas; de hecho, siempre he apoyado sus causas más justas, porque tengo una esposa y una madre que valoro, admiro y respeto como personas de bien[2]

En primer lugar, es importante hacer notar la gravedad de que un funcionario público,[3] realice manifestaciones que menoscaban los derechos de las mujeres, faltando a su obligación constitucional de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos (artículo 1°, párrafo tercero de la Constitución General de la República), en este caso de las mujeres, violentando a su vez la disposición contenida en el enunciado inicial del numeral cuatro de la Constitución (la mujer y el hombre son iguales ante la ley). Por el contrario, con sus manifestaciones dejó en claro que desconoce las violencias que aquejan a 64,540,634 de mujeres, es decir, el 51.2% de la población mexicana.

No son palabras menores, ya que las cifras que arroja la incidencia delictiva del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), con corte a julio de 2024, nos muestran que las conductas que afectan particularmente a las mujeres, como la violencia familiar, van en ascenso en los últimos años:

 

Violencia familiar
Año Cifra
2024 167,319
2023 284,203
2022 270,544
2021 253,740
2020 220,028
2019 210,189
2018 180,185
2017 169,579
2016 154,272
2015 127,424
Total 2,037,483

 

Lo mismo puede decirse del feminicidio, delito que en México encontramos cifras alarmantes sólo por debajo de Brasil, de acuerdo con datos del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ya que en 2022 el país amazónico reportó 1,437 feminicidios y nuestro país 976. De hecho, de 2015 a julio de 2024 se han abierto 7,792 carpetas de investigación por este delito.

Las cifras nos demuestran que la violencia en contra de la mujer, así como sus diversas modalidades, están muy alejadas a una supuesta “forma de violencia” consistente en no preparar un lonche.

En segundo lugar, y quizás más grave aún, realiza afirmaciones acerca de lo que para su concepción es una “microviolencia” como lo es el derecho que tienen las mujeres de decidir sobre su libertad sexual. Recordemos que la violencia sexual es cualquier acto que degrada o daña el cuerpo y/o la sexualidad de la víctima y que por tanto atenta contra su libertad, dignidad e integridad física. Es una expresión de abuso de poder, que se puede dar en el espacio público o privado, que implica la supremacía masculina sobre la mujer, al denigrarla y concebirla como objeto.[4]

El reproche que realiza el sujeto en comento a las mujeres, tiene que ver con la negación del derecho de ellas a ejercer libremente su sexualidad, de ahí su gravedad, sus dichos destacan un problema intrínseco que en nuestra sociedad se lleva a cabo y seguimos normalizando e incluso habitando. Habrá que recordar que la mayoría de los códigos penales del país apuntan que comete el delito de violación, el que por medio de la violencia física o moral, tenga cópula con una persona sin la voluntad de ésta, sea cual fuere su sexo.

La gravedad de esta situación es que no hemos entendido que, si no hay consentimiento es violación. Así de simple. En muchos idearios sociales, incluso religiosos, seguimos concibiendo que el matrimonio o tener pareja implica un hecho de débito carnal, la propiedad sobre la otra persona, especialmente del hombre sobre la mujer. Incluso sobre este punto se ha pronunciado la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y consecuencias, Dubravka Šimonović en su informe La violación como violación grave, sistemática y generalizada de los derechos humanos, como delito y como manifestación de la violencia de género contra las mujeres y las niñas, y su prevención efectuando la siguiente recomendación:

“Los Estados deben tipificar la violación mediante una definición que se aplique a todas las personas, que incluya la violación conyugal y todos los actos de penetración de carácter sexual, y que prevea de manera expresa la falta de consentimiento como elemento central. Las circunstancias agravantes y atenuantes deben revisarse y ajustarse a las normas de derechos humanos.”[5]

Como vemos, tampoco podemos minimizar la responsabilidad que tiene el funcionario que emitió estas declaraciones; en sus manos y en sus votos está la seguridad sexual de las mujeres, al menos de su entidad, su pensamiento y su ideología se verán reflejados en las propuestas legislativas e incluso, siendo realistas, hasta los retrocesos en reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres, que aunque deben ser progresivos, nada nos garantiza que no serán afectados de alguna manera con iniciativas de naturaleza regresiva.

Finalmente queremos dejar claro que sí, como lo señaló el funcionario en su disculpa y como muchas otras personas ocultan detrás de esta falacia, todas las personas hemos sido paridas por una mujer; los agresores sexuales, nacieron de una mujer y, sin embargo, las violaciones y los feminicidios existen. La violencia contra la mujer no es un chiste, no admite errores ni disculpas.

[1] Diputado propone Institución para Proteger a Hombres de Microviolencias de Mujeres https://www.nmas.com.mx/estados/diputado-de-tamaulipas-propone-institucion-para-proteger-a-hombres-de-microviolencias-de-mujeres/

[2] Diputado pide disculpas y se retracta https://muropolitico.mx/2024/09/10/diputado-marte-ruiz-pide-disculpas-y-se-retracta/

[3] Conforme lo determina el artículo 108 de la CPEUM.

[4] Artículo 6, fracción V de la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.

[5] La violación como una vulneración grave, sistemática y generalizada de los derechos humanos, un delito y  una manifestación de la violencia de género contra las mujeres y las niñas, y su prevención consultable en https://documents.un.org/doc/undoc/gen/g21/090/02/pdf/g2109002.pdf