Las políticas públicas mexicanas y el sexo de los ángeles
Dr. Silvino Vergara Nava
«La cultura y la política se han convertido
en artículos de consumo. Los presidentes
se eligen por televisión, como los jabones».
Eduardo Galeano
Siempre que se discute sobre «el sexo de los ángeles», se está ante un debate absurdo, inútil, estéril. En el siglo XV, dicta la historia que, en Asia Central, concretamente en Constantinopla (ahora Turquía), se discutía sobre «el sexo de los ángeles» en lugar de enfrentar las invasiones que se estaban suscitando. Hablar del «sexo de los ángeles» son debates sin relevancia alguna e intrascendentes, que sólo buscan entretener a la gente. El debate sobre «el sexo de los ángeles» también se denomina «debate bizantino» o «argumento bizantino», por resultar ser algo absurdo e inservible.
Cinco siglos después de esos debates sobre «el sexo de los ángeles», pareciera que seguimos en las mismas condiciones: debatiendo sobre temas intrascendentes, triviales, frívolos, cuando hay cosas que resultan más preocupantes. Basta con observar que se pone de relieve en los medios de comunicación temas simples, es suficiente con dar un repaso a la programación de la televisión, entretenimiento televisivo de cuyos riesgos que representa advirtió el profesor italiano Giovanni Sartori a los padres de familia.
Pero, no es exclusivamente la televisión la que causa esos males. Sabemos que, gracias a la tecnología de la información, a las denominadas «redes sociales», ahora hay una gran atracción hacia las imágenes y que éstas nublan las mentes de millones de personas. Redes sociales que, desafortunadamente, más que ser utilizadas para algo útil, normalmente son usadas para lo que sucedía hace 500 años, esto es: debatir sobre «el sexo de los ángeles».
Ahora bien, eso no es todo; esos debates triviales actuales, también, alcanza a las propias políticas públicas y al quehacer diario de los gobiernos, que ponen en la mira estos debates ante la impotencia de resolver o hacer frente a los verdaderos problemas de la nación.
Así, en Constantinopla, en tanto que estaban por ser invadidos, lejos de hacer frente a ese grave problema, se discutía «el sexo de los ángeles». Parece que hoy estamos en las mismas condiciones, pues las noticias se desbordan con una serie de casos vergonzosos, como sucede con los linchados en el Estado de Morelos. Después de ese hecho tan lastimoso y vergonzoso en los días del mes de septiembre de 2021, al día siguiente, en la misma entidad federativa, se estaba conmemorando a José Maria Morelos y Pavón, prócer de la independencia de México, sin que se hablara en absoluto al respecto de tales linchamientos que sucedieron un día antes en una población de ese mismo Estado. Una muestra de que el Estado mexicano y sus instituciones están rebasados.
En tanto, vemos que cada día hay más títulos de ocho columnas absurdos, espacio y tiempo que deberían ser invertidos en verdaderos problemas y temas más apremiantes. Y ahora vemos que, en lugar de poner a leer a la población general un simple twit totalmente obsceno, de poner en la palestra un debate con España exigiéndole disculpas a ella y al Vaticano de sucesos que se presentaron hace 500 años, de pedir disculpas, en nombre de la nación, a los pueblos Yaquis, cuando las disculpas de responsabilidades de otros no pueden ser consideradas como tales; ahora, en resumen, se habla simplemente del «sexo de los ángeles».
En fin, parece que no hay preocupaciones en el país, que no hay migrantes vejados en el norte y el sur del país, que no hay alternativas para atender ese grave problema, que no hay desempleo en cualquier ciudad del país, que la económica no depende penosamente de las remesas, que no hay inflación, que no aumenta permanente el costo del gas. Estos problemas no existen o, más bien, hay una incapacidad para hacerles frente. Además, no se pone en la palestra las consecuencias, en estos meses, de la reforma a las outsourcing, que ha dejado, por culpa de la burocracia de las autoridades administrativas, a miles sin trabajo y empresas paralizadas y al borde de la quiebra. Ni qué decir del problema tan grave de inseguridad pública y, sobre todo, de la falta de autoridad en muchos rincones del país. Es vergonzoso para cualquier Estado de Derecho que se presenten las denominadas autodefensas. Y así, podemos seguir con una serie de problemáticas interminables a las que no se les da frente; en vez de lo cual, se prefiere retrotraerse al siglo XV y seguir debatiendo sobre «el sexo de los ángeles». (Web: parmenasradio.org).