Maquiladoras mexicanas: una especie en peligro de extinción | Paréntesis Legal

Silvino Vergara Nava

 

“El T-MEC contiene protecciones

críticas ante la propiedad intelectual,

mayores seguridades ante servicios

financieros, mayores normas

para proteger el ambiente.

Y es el primer acuerdo que es

 apoyado por sindicatos”.

Donald Trump

29 de enero de 2020

 

 

Una industria que surgió a los largo de la década de los ochenta e inicios de los noventa del siglo XX, fue la industria de la maquila, particularmente la maquila textil, que permitió concentrar una gran cantidad de mujeres y hombres en trabajos manuales, bodegas con más de mil trabajadores cociendo, ensamblado, etiquetando, empacando, cortando, lavando, etc., era el común denominador en esos tiempos, al grado de que las administraciones públicas federales de aquellos tiempos establecieron programas para facilitar la exportación de esos productos una vez ya terminados, tal es el caso de programas en donde se permitió la importación temporal de maquinaria para que pudiera trabajarse la mercancía con esa maquinaria, sin el pago de los impuestos de importación con la condicionante que un gran porcentaje del producto elaborado se exportara.

La industria maquiladora transformó la actividad económica del país, dejando abandonado el campo mexicano, pues el salario estaba asegurado en las maquiladoras, claro que siempre hay excepciones, y no es el mismo trabajo que el campo, sobre todo que en el trabajo de la maquila hay un horario fijo, en algunas de ellas se brindaban los servicios de seguridad social y en el campo no lo hay, por ello es que, muchas poblaciones medianas y aun pequeñas vivieron durante algún tiempo de alguna maquiladora o un par de maquiladoras que se instalaban en esos sitios para contar con mano de obra barata, responsable, trabajadora y de buena calidad para confeccionar los trabajos de maquila textil, esas personas se transformaron en obreros dejando atrás la actividad campesina.

Por su parte, los propietarios de las maquiladoras corrían el riesgo permanente de contar con un solo cliente o un par de clientes, es decir, le trabajaban la maquila a una o dos marcas, normalmente extranjeras, concretamente de Estados Unidos de América, que eran los que veían con buenos ojos contar con las maquiladoras en México, por los precios con que se podía pagar, atendiendo a los bajos costos de los salarios, a los esquemas de evasión fiscal en México y a la nula revisión ambiental, que todo eso mejoraba los costos de los productos ensamblados y maquilados en México.

Desde luego que, el riesgo de esas maquiladoras era alto, pues contar con un cliente o un par de clientes, se estaba siempre en la tensión que cambiaran estos de proveedor de maquila y optaran por un precio más bajo de otra maquiladora. A ese tipo de actividad económica es a lo que se denomina como: “monopsonio”, esto es que, se cuenta con un solo cliente.

Desafortunadamente, para esa actividad económica en el país que en su tiempo otorgó muchos empleos y sobre todo que se distribuyeran las maquiladoras por gran parte del territorio nacional es que, se fue enviando ese trabajo desde finales de los noventa e inicios de este milenio por los clientes norteamericanos a China y a la India, que se convirtieron en las maquiladoras del mundo.

Así, fueron cerrando muchas maquiladoras nacionales, otras se hicieron pequeñas, algunas más se transformaron en maquila nacional, que es propiamente lo que hoy aun sobrevive, desde luego, siempre hay algunas excepciones, sin embargo, lo que está sucediendo con esta industria después del nuevo tratado de libre comercio con los países de América del Norte que inició su vigencia el 1 de julio de 2020, es que está pasando por sus últimos momentos esta industria. Se está haciendo inviable contar con cientos o miles de trabajadores, ya que la carga laboral cada día es más complicada para este tipo de giros. Además, la maquila que subsiste de exportación considerando el precio del dólar, ya no es atractivo para los clientes extranjeros, por lo cual, se está modificando la industria maquiladora tanto nacional como la extranjera que aun subsiste, pues se está observando que ahora lo que sigue es la invasión de la tecnología sobre ese tipo de trabajos manuales que representaban miles de empleos. Por ello es que, desafortunadamente, la industria de la maquila, es una especie: “En peligro de extinción”. (Web: parmenasradio.org)