¿Te hace feliz ser Abogado? | Paréntesis Legal

 

Lic. Rosaly Muñoz Chirino

Cuando cursaba cuarto año de bachillerato, no era muy afín con la asignatura de Química, una vez el profesor me preguntó ¿por qué si eres inteligente, y en las otras materias vas tan bien, no sucede eso con ésta?, con tan sólo 16 años mi respuesta fue, “es que yo voy a ser abogada, y esa materia no está dentro del pensum de la carrera, por eso no tengo interés en ella”. Sé que no fue una respuesta idónea, por cuanto, cada materia impartida, requería mi atención, dedicación y aprendizaje. Pero, con este episodio busco resaltar, que ser Abogada era parte de mi sueño y meta desde muy joven. Hoy, decir soy Rosaly Muñoz- Abogada Especialista en Derecho Laboral, me hace feliz; por lo que es propicio referir que el 20 del mes de marzo es el día internacional de la felicidad, proclamado así, por la Organización de Naciones Unidas desde el año 2012, con el fin de conmemorar la importancia que tiene esa palabra en el bienestar de los seres humanos; mencionada fecha, tuvo su origen en la propuesta planteada por el Reino de Bután, un pequeño país que se ubica al Sur de Asía, donde se creó el concepto de Felicidad Nacional Bruta FNB, de la misma forma que ya existía el Producto Interno Bruto PIB como indicador de nivel de vida dentro de una Nación. Para muchos la “felicidad” seguirá siendo una utopía, pero cada vez el mundo intelectual y social, busca la forma de acercarse a la posibilidad de hacerlo una realidad en cada persona; por eso la Organización de Naciones Unidas, en el año 2012 en Río de Janeiro, estableció los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS que agrupan 17 propósitos que abarcan el medio ambiente, la economía y lo social, a través de los cuales se busca lograr el trabajo y consenso mundial y aumente esa tan anhelada felicidad en cada ser humano sobre el planeta tierra. Uno de esos ODS es el trabajo decente y crecimiento económico; porque no basta con trabajar para generar ingresos que satisfagan las necesidades del núcleo familiar; considero que la felicidad para el ser humano en cuanto a la realización de un trabajo, es que aquello que haga le genere felicidad, pasión, que cada vez busque hacerlo mejor, progresar con base en el estímulo que le produce lo que hace con una motivación única. Y es aquí donde voy a entrelazar el tema que pareciera devenir de un interés de Derechos Humanos, pero me he querido detener, es el ámbito profesional inherente a mi ocupación, la interrogante que me formulé antes de compartir estas líneas contigo y hacerte la pregunta:¿Te hace feliz ser Abogado?, requiere definir primero ¿qué es la felicidad?: para los griegos Eudaimonia que proviene de dos palabras griegas eu que significa bueno, y daimon que significa espíritu, entendida por Aristóteles, Sócrates y Platón como el fin mismo del ser humano, como una muestra de virtud; para el poeta y pensador estadounidense Ralph Waldo Emerson “la felicidad es disfrutar lo que se obtiene”; por lo que podría entenderla como el resultado de lo trabajado o del esfuerzo. Como fundamento bíblico de la misma, en el libro de Proverbios 15:15 se establece: “Si estás triste, todos los días son malos; si estás feliz, todos los días son de fiestas”; lo que revela que la felicidad determina lo que te rodea, con éstas apreciaciones puedo deducir que se decide ser feliz con lo que se tiene, con lo que se es, lo cual no es excluyente de ir por más.

El enfoque que hoy quiero darle a la palabra felicidad, está relacionado con la profesión del abogado, que tiene por antonomasia sinónimos como licenciado en leyes, estudioso del derecho, profesional del derecho, etc., ello incide muchas veces dependiendo de las costumbres o leyes de cada país.

El ejercicio del derecho es muy complejo, porque implica representar y defender derechos que no le son propios, sino que se actúa en nombre de otro; en cuyo desarrollo, se debe mantener al margen las emociones e intereses particulares y actuar en función de sus argumentos, estudios, conocimientos y pericia para ejercer la mejor defensa al justiciable.

¿Ganar o perder un caso, te genera felicidad? Para mí la respuesta es no, el resultado de un juicio no incide en mi felicidad, pero sí me genera satisfacción el saber que hice mi mayor esfuerzo, que le dediqué el estudio que ameritaba, que le puse empeño y lo asumí con el mayor respeto y seriedad. En tal sentido, no es una sentencia la que me genera felicidad, es el proceso, el ejercicio de la profesión lo que me da alegría, entusiasmo, ganas de avanzar. Es la pasión que tengo por el derecho lo que me permite hacer a un lado las observaciones al Sistema de Justicia, luchar por el cumplimiento de las leyes y expectar por una Administración de Justicia idónea, ajustada a derecho en todas sus etapas e Instituciones.

Cuando apenas comenzaba a estudiar la carrera, tuve la oportunidad de estar presente en una de esas conversaciones pre judiciales, en una controversia que no avanzó a un juicio, so pena de ello, escuché la osadía de alguien que le preguntó al abogado de la contraparte ¿en dónde había obtenido el título, o era que se lo había sacado premiado en una caja de Ariel (marca de detergente para ropa)? expresión, a través de la cual se menospreciaban sus estudios y experiencia. Grave error, producto de la altivez, ego e irrespeto de quién formuló aquella pregunta. Ello ocurre cuando se toman de manera personal el caso asumido, cuando se cree que el otro abogado es el enemigo, sin considerar que tan solo ha sido contratado de igual manera que el que le adversa, por eso no se debe caer en ese penoso e inmaduro error. Entre colegas siempre debe prevalecer el respeto, cordialidad, armonía y diálogo, eso va en pro de los intereses del representado y fomenta el prestigio del licenciado en leyes. No se deja la vida en un Juzgado, pero se ejerce con pasión de modo que prevalezca la excelencia como resultado de la preparación que el caso requiera, lo cual no incide en las resultas, sino en el trabajo realizado. Cuando fui Secretaria de Tribunal, y luego Juez, me agradaba ver a las partes en litigio saludarse con respeto y cordialidad, aunque en plena audiencia eran contraparte.

Después de más de década y media de ser abogada, puedo decir con orgullo que sí me hace feliz serlo. Me llena profesionalmente, que mi grano de arena sea útil en medio de un país tan álgido, por lo que me ocupo de transmitir lo aprendido como muestra de amar mi profesión y coadyuvar a la Administración de Justicia. Que decidí ser abogada y no me arrepiento de ello, busco ser humanista porque la igualdad y equidad debe imperar para todos. No me derrumba la adversidad ni el caos porque en ellos me hago más fuerte y es cuando más quiero saber y aprender, porque me acojo a la frase célebre del filósofo griego Sócrates: “solo sé que no sé nada”.

Mi sobrina mayor está por concluir sus estudios de bachillerato, y hace pocos días me dijo: “tía quiero estudiar derecho, ¿qué opinas?”, su pregunta me recordó uno de “Los Mandamientos del Abogado” por Eduardo Juan Couture donde establece lo siguiente: Ama a tu profesión. Trata de considerar la abogacía de tal manera que el día que tu hijo te pida consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado.”; por ello le dije: sería un placer seas mi colega.

En mi país (República Bolivariana de Venezuela), a muchos abogados les ha tocado reinventarse, buscar la forma de generar otros ingresos y eso es de valientes, pero nunca creas que es por haber optado por una profesión errada, es la situación del país y todo lo que la aglomera, aunado a la pandemia actual, que trajo consigo la exigencia del aprendizaje 2.0 de manera urgida, ya no basta con ser abogado, se amerita el dominio de tecnología y redes sociales; por eso te digo esfuérzate y sé valiente, Venezuela y el mundo necesitan de estudiosos del derecho para avanzar, hay un mañana que nos espera. Incluso, en mi haber laboral me he desempeñado con otras actividades académicas y profesionales las cuales procuro sean concatenadas con el derecho. En mi experiencia aún no tengo los resultados que sueño, pero sigo estudiando, actualizándome, trabajando y sigo creyendo que ser abogada es la mejor elección profesional y me hace muy feliz, y a ti ¿Te hace feliz ser Abogado?, quise compartir de mi pasión por el derecho para que animarte y que sepas que lo mejor está por venir a tu vida profesional, ten presente que si eres feliz, todos tus días serán de fiesta, tus clientes lo notarán y por eso querrán les representes.