Silvino Vergara Nava
“Los gobiernos no están al
servicio de la gente, sino de la técnica,
de las grandes empresas del
tecnocapitalismo y de quienes se
enriquecen con el despliegue de
la técnica mientras se
destruyen vidas,
comunidades y ecosistemas.”
Jordi Pigem
Se está terminando el ciclo de esta administración pública federal, y bien que se puede hacer alguna evaluación, todavía prematura, del tratamiento que se ha dado hasta estas fechas a las clases medias de nuestro país por parte de las políticas públicas del gobierno federal, en donde todo parece ser que las calificaciones no serán aprobatorias, pero la esperanza es que aun hay tiempo para remediar los males que se han presentado.
La clase media está conformada por un gran volumen de personas, propietarios de pequeños y micro negocios, talleres, oficinas, locales comerciales, también lo conforman los profesionistas, profesores, empleados de aquellas empresas o de algunas aun medianas o grandes, desde luego que, también esta conformada esa clase media, con los oficinistas que conforman al sector público, y que son los que verdaderamente “arrastran el lápiz” en las labores diarias de las dependencias del Estado.
Todo ese volumen de ciudadanos, son quienes aspiran a una mejor vida, una mejor posición económica y por ello son la parte más responsable de la sociedad, generalmente son los más cumplidos en sus trabajos, no faltan a estos, no rotan con tanta facilidad en sus empleos, etc. Pero son los que, han sido lo menos escuchados por este gobierno federal, al contrario, son a los que peyorativamente desde el Palacio Nacional se ha sostenido como: “aspiracionistas”, y que ha decir de la voz oficial eso está muy mal.
Normalmente de las clases medias salen las ideas más revolucionarias, a pesar de que la historia oficial diga lo contrario, o pretenda decir lo contrario. En los últimos tiempos de la humanidad, que es cuando se fue formando la clase meda, es en donde se desprenden los grandes personajes que cambiaron en parte, la historia de la humanidad, por lo menos, del mundo occidental, y no es otra cosa más que por el animo de mejorar, tanto material como intelectualmente. Son estos los que siguen llevando a cabo estudios en postgrados, especialidades, maestrías, etc., precisamente porque aspiran a algo mejor que, no es nada más lo material, porque de ser así, todos estarían dentro de grupos delincuenciales, o realizando fechorías por todos lados.
Se trata del ciudadano medio, el que incluso no causan molestias al gobierno, los que menos se quejan y que más trabajan, exigen menos en términos de derechos sociales, y quienes más se preocupan por su futuro, porque las clases altas ya tienen resuelto su futuro desde hace dos o tres generaciones previas, y que son acompañados en ese estatus, por los denominados “nuevos ricos”, es decir, los que están llegando a situarse en la clase alta, que lo hacen normalmente a la par de los gobiernos, ayudados por concesiones, licitaciones, autorizaciones muchas de las veces mal-habidas.
Por su parte, las clases bajas siempre han sido vistas por los gobiernos como una carga en sus labores gubernamentales, por ello es que, se deben de preocupar por estos, ya que son los que dan más problemas, más votos, pero también son los que pueden quitar más votos. Por ello es que, son en los que más se preocupa el Estado, pero no para que estos salgan adelante, sino para que se mantengan en este estado y con ello sea suficiente para mantenerlos como clientela política.
No obstante, hay otra clase aun mas por debajo de la clase baja, a los que el profesor polaco Zygmunt Bauman, le llamó “el precariado”, aquellos que no cuentan, que son invisibles para el sistema, que es como que no existieran, son aquellos que no se pueden ver por las instituciones de gobierno, porque no cuentan, ni con registro alguno, son estos los que se ven utilizados por el crimen organizado y que aparecen muchas ocasiones tirados a su suerte, que no cuentan, ni acaso con un registro que diga que nacieron o bien, que murieron. Estos, desafortunadamente, se han ido incrementando en el devenir de los tiempos, pero que son también insignificantes, que no cuentan, ni para las estadísticas y que hoy están conformados en la mayoría por los migrantes que pretenden llegar a Estados Unidos de América y que, en tanto, están deambulando por aquí y por allí, sin futuro alguno, y que no los distingue, ni un número o registro, menos un nombre completo.
Pero, en el caso de las clases medias, que son las menos vistas por las instituciones de gobierno, cada día se ven más asfixiadas en su día a día, pero no cuentan como las clases bajas con un líder, un representante, porque esas clases medias están esparcidas, no hay forma de encontrar lideres en ese sector porque es un sector muy amplio de entre empleados, profesionistas, artesanos, pequeños empresarios, etc., que no tienen muchas cosas en común y que por ello, no hay quien hable por ellos, por esto es que, los gobiernos no los ven, no los escuchan y pasan a segundo término, como ha sucedido en estos tiempos de gobierno federal que ha abandonado así como al “precariado”, a la clase media. (Web: parmenasradio.org)