Silvino Vergara Nava
“Cuando no hay un Estado encargado
de garantizar la democracia
«para el pueblo»,
se inventan superhéroes o
se justifica a los pícaros.”
Juan Carlos Monedero
Con las noticias de este verano de 2025, que muchos de los representantes y miembros del partido político en el poder en México, andaban paseando por Europa, otros incluso, hasta el oneroso Japón, omitiendo todos, pisar Estados Unidos, simplemente por precaución, es una muestra de la sociedad del consumo en que estamos viviendo actualmente, es decir, una sociedad en donde el único verbo que se utiliza es: consumir, y que hasta los más versados en la doctrina, si es que aun existen, del partido oficial, no se pueden despegar del consumo.
Pero, a ese sistema de consumo, se le agrega la propaganda, mensajes que se ponen en los medios, en donde explotan una serie de noticias justificantes de estos pequeños viajes de exploración, y que solamente hace falta que se sostenga en los medios de comunicación que, todos esos viajes, vistos los viajantes con familias y hasta con el perro de la casa, resulta que son de representación de las instituciones del Estado, pareciera que es lo único que falta sostener para justificar estos agotadores viajes fuera de México.
Lo cierto es que, esto es una prueba más de que, lo que se dice en la tribuna o en la palestra respecto que hemos salido del denominado “neoliberalismo” en México, son simplemente discursos de ocasión, ya que el actual liberalismo, que por eso se le denomina “neo”, porque se asume que el viejo liberalismo es el que estuvo en su momento en el siglo XIX, y que, ahora resulta que en estos inicios del siglo XX se está retomando, dicho sea de paso, esto no es así, ya que este sistema mundial en que nos encontramos, que no es solamente el impulsado en México por el partido oficial, es un sistema de consumo total.
Las personas, los ciudadanos de a pie, no estamos en condiciones de ser productores, es decir, de poder generar una empresa, un trabajo, un grupo de trabajadores, un proyecto económico, sino solamente micro-negocios, como es el caso de quien vende algún producto para el embellecimiento, quien importa y vende productos en su localidad, o bien, que simplemente suministramos servicios, es decir, dejamos de ser productores, por lo cual solamente el trabajo que realizamos, si es que efectivamente realizamos algún trabajo, pues existe mucho desempleado actualmente, es exclusivamente la prestación de servicios.
Por ejemplo, las grandes empresas en México, no son productoras, así en el caso de la industria automotriz que es la más importante en México actualmente, se les denomina: “ensambladoras”, porque están realizando un servicio: ensamblando, no están produciendo, ya que la producción parte desde la creación en ingeniería de las piezas, etc., no corresponde a los ciudadanos, eso se deja para las grandes corporaciones, por lo cual los ciudadanos somos, en el caso de los que tienen algún trabajo, en simples prestadores de servicios, llámese maquila, importación, exportación, distribución de mercancías, pero se trata de eso, solamente de prestación de servicios.
Entonces la pregunta seria ¿Quién produce las mercancías en el mundo?, son las grandes corporaciones, los monopolios, y, ¿qué le queda al ciudadano común?, lo que le queda por hacer al ciudadano común, en este neoliberalismo, es simplemente consumir, no hay otra función más que consumir, algunos consumen viajes como es el caso de estos sujetos miembros del partido oficial, otros consumen otro tipo de mercancías y servicios, como es el caso de quien consume hospitales, instituciones educativas, etc., por lo cual, a eso se ha reducido en este neoliberalismo la vida: simples consumidores.
Esto demuestra que no hemos salido del neoliberalismo, la prueba más fehaciente de ello, son las políticas públicas de los últimos siete años que, en realidad, se ha impulsado ese sistema neoliberal en México, pues se ha promovido las pensione de cualquier tipo, condición, tamaño, etc., pero lo cierto es que, las personas son el sistema más eficaz que tiene el neoliberalismo, para el consumo, porque esos montos que se dan a nivel de migajas a cada ciudadano, no alcanza más que para el gasto corriente, es decir, para el consumo del momento, no sirve para invertir y poner un negocio, un taller, una oficina, una industria, ni para adquirir materia prima, para invertir en herramientas, infraestructura, no alcanza para eso, pero si alcanza para el consumo detallista, es decir, para gastos simplemente superfluos o bien, de necesidades urgentes como para la comida y el vestido si acaso, pero no se tiene posibilidades de algo más, lo cual no es otra cosa más que la mejor muestra del neoliberalismo.
Y es que en ese sistema lo que se busca es que los Estados cuenten con el trabajo de domesticar a su población, de mantenerla quieta y pasiva, ya se ha probado mucho tiempo otras formulas en el mundo, con el garrote, es decir la represión, y no ha funcionado, porque se genera más violencia, revoluciones, guerras civiles, golpes de Estado, etc. Pero, lo que funciona, con más eficacia es la zanahoria a la población, es decir darle un dulce a la población, como es el caso de las pensiones a los ciudadanos, por eso es que estas no van a desaparecer, ni con cambio de partido político.
Pudiera desparecer primero la península de Baja California, o bien, Tamaulipas y anexarlos a Estados Unidos como pago de prestamos a que desaparezcan las pensiones, pues son la mejor forma de tener adormilada a la población, incluso, a los propios miembros del partido en el poder, porque esas pensiones generan consumidores artificiales, y lo que consumen son los productos creados por las grandes corporaciones, los monopolios, por ello es que están cumpliendo su papel los estados ante esas grandes corporaciones, ganancia doble para estas, ya que se venden sus productos que cabe decir, son desechables, hasta las casas y automóviles.
El Estado está controlando a la población con pensiones y ayudas y, cuando el Estado no puede o no le alcanza económicamente para repartir pensiones a sus súbditos, pues otra corporación mundial le dota de financiamiento con altísimas tasas de interés o condicionantes en la expedición de permisos, licencias, autorizaciones para hacer lo que se venga en gana en los territorios de esas naciones.
Por ello es que, resulta tan interesente lo que sucedió en este varano en donde se ha demostrado que no nos hemos descobijado del neoliberalismo, al contrario, las políticas publicas actuales lo impulsan, desde luego, a cada quien en sus condiciones, unos ciudadanos consumen viajes al centro de su ciudad, otros les alcanza llegar hasta Europa y a otros más, hasta Japón. (Web: parmenasradio.org)